Edgar Morín
En texto los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Morín centra su atención en las necesidades curriculares que en el futuro la educación universal debe incluir, divide su texto como su nombre lo dice en siete partes:
Capítulo I: Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión
En la primera parte del libro centra su atención en el conocimiento y/o saberes universales que existen, descubriendo en estos la situación epistemológica por la que atraviesan; enfatiza como se puede suceder el error y la ilusión en dichos conocimientos, haciendo una introspección y develando los faltas en lo que se puede caer si no se analiza conscientemente, este saber ya dado como verdad universal no obstante, ejemplifica, analiza y contextualiza cada una de situaciones que originan esta concepción
Capítulo II: Los principios de un conocimiento pertinente
En esta parte pone a prueba la capacidad dialógica del conocimiento, expone con clara pertinencia la separación que existente entre las disciplinas universales y como cotidianamente estas mismas se parcelan en nimiedades individuales cada una de ellas, dejando un vacio existencial en las mismas y cada uno de los sectores en las que se fragmentan.
Capítulo III: Enseñar la condición humana
Uno de los puntos importantes de este capítulo es como dibuja la estructura social del ser humano, así mismo, hace un bosquejo del actual esquema intelectual deshumanizador del individuo generado por los conocimientos que actualmente adquiere, robotizando su estructura conceptual y guiándolo a una decadencia materialista. Por lo que sugiere, que la educación del futuro parta desde el interior hacia el exterior atendiendo la identidad propia de cada persona.
Capítulo IV: Enseñar la identidad terrenal.
En este fragmento provocador devela el instinto destructor del sujeto concebido bajo las tinieblas del conocimiento, por lo que sugiere reconocer el entorno natural como entidad protectora, que de igual manera satisface las necesidades del individuo. Reconoce la integración de este y su aislamiento del entorno planetario provocado por los avances científicos en las últimas décadas, así que, sugiere melodiosamente susurrando a los creadores los currículos educativos su tarea de incluir un reconocimiento y respeto del entorno natural para construir un mundo ideal donde habitar.
Capítulo V: Enfrentar las incertidumbres
En esta sección Morín, concibe una dualidad de los saberes globales, donde persiste la luz y la ignorancia, la certeza y la incertidumbre, la realidad y la ilusión, lo seguro y lo incierto. Así que, propone que la educación debería comprender la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido, para poder danzar a sombra del analfabetismo dando pasos seguros en los reflejos de la luz de la verdad.
Capítulo VI: Enseñar la comprensión
Un manifiesto claro en este apartado es bajo la siguiente idea, el conocimiento debe partir desde el principio multidimensional de la complejidad humana, es por esto que comprender significa intelectualmente aprehender en conjunto, fragmentar no debe significar parcelar cada porción, es comprender en conjunto por la características derivadas de este y que dan origen al formación del ser social.
Capítulo VII: La ética del género humano
Por último Morín, establece la necesidad de formar una conciencia, a partir de una introspección en el conocimiento humano, indica un deber ser en el complejo desarrollo global de las conciencias, así en la dimensión individual, social y global de la especie humana, para poder establecer una democracia planetaria respetando las dimensiones y cualidades de la persona.
BIBLIOGRAFÍA
MORIN, Edgar.( 2001) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. México: Dower.
http://www.rsu.uninter.edu.mx/doc/EdagarMorin.pdf
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/Articulos/los7saberes/prologo.asp
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