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Hoy volví a nacer, estoy empezando a construir el presente desde una nueva visión del futuro, mi historia ya no es mi refugio, mi presente no existe, es el futuro, mis próximos escenarios, no serán utópicos serán posibles, quiero estar presente en la arquitectura de mi destino, mi historia verdadera empieza ahora.

domingo, 5 de septiembre de 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

DORMIR

Amado Nervo


¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo
deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño
es un estado de divinidad.
El que duerme es un dios... Yo lo que tengo,
amigo, es gran deseo de dormir.

El sueño es en la vida el solo mundo
nuestro, pues la vigilia nos sumerge
en la ilusión común, en el océano
de la llamada «Realidad». Despiertos
vemos todos lo mismo:
vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego,
las criaturas efímeras... Dormidos
cada uno está en su mundo,
en su exclusivo mundo:
hermético, cerrado a ajenos ojos,
a ajenas almas; cada mente hila
su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!)

Ni el ser más adorado
puede entrar con nosotros por la puerta
de nuestro sueño. Ni la esposa misma
que comparte tu lecho
y te oye dialogar con los fantasmas
que surcan por tu espíritu
mientras duermes, podría,
aun cuando lo ansiara,
traspasar los umbrales de ese mundo,
de tu mundo mirífico de sombras.

¡Oh, bienaventurados los que duermen!
Para ellos se extingue cada noche,
con todo su dolor el universo
que diariamente crea nuestro espíritu.
Al apagar su luz se apaga el cosmos.

El castigo mayor es la vigilia:
el insomnio es destierro
del mejor paraíso...

Nadie, ni el más feliz, restar querría
horas al sueño para ser dichoso.
Ni la mujer amada
vale lo que un dormir manso y sereno
en los brazos de Aquel que nos sugiere
santas inspiraciones. ..
«El día es de los hombres; mas la noche,
de los dioses», decían los antiguos.

No turbes, pues, mi paz con tus discursos,
amigo: mucho sabes;
pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate!
No quiero gloria ni heredad ninguna:
yo lo que tengo, amigo, es un profundo
deseo de dormir...

martes, 13 de julio de 2010

NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Jaime Gil De Biedma

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

lunes, 12 de julio de 2010

LAMENTO LENTO

Pablo Neruda


En la noche del corazón
la gota de tu nombre lento
en silencio circula y cae
y rompe y desarrolla su agua.

Algo quiere su leve daño
y su estima infinita y corta,
como el paso de un ser perdido
de pronto oído.

De pronto, de pronto escuchado
y repartido en el corazón
con triste insistencia y aumento
como un sueño frío de otoño.

La espesa rueda de la tierra
su llanta húmeda de olvido
hace rodar, cortando el tiempo
en mitades inaccesibles.

Sus copas duras cubren tu alma
derramada en la tierra fría
con sus pobres chispas azules
volando en la voz de la lluvia.

domingo, 11 de julio de 2010

SUICIDIO EN PARÍS

KATHRYN S BLAIR


Por la entrada principal de la catedral de Notre-Dame penetró una ráfaga de aire invernal agitando el velo negro de una mujer alta que en ese momento entraba y avanzaba por el pasillo lateral hacia la sacristía. Un haz de luz que atravesaba el rosetón de vidrio emplomado teñía la nave central con suaves tonalidades de azul y rubí. Detrás de la reja entreabierta del altar, los miembros del coro comenzaban a abandonar sus asientos mientras aún vibraban las últimas notas del Te Deum bajo las soberbias bóvedas ojivales del recinto: el ensayo había concluido y los cantantes se retiraban hablando en voz baja, seguros de que al día siguiente el himno sacro exaltaría el ánimo de la multitud de fieles que acudirían a celebrar la coronación del papa Pío XI.
La nave quedó desierta salvo por unos cuantos feligreses dispersos, arrodillados para orar en silencio.
Eran las doce y cuarto del día.
Un joven cura, quien apresurado llevaba un mensaje a la sacristía, observó a la mujer alta que, sola y de pie, alzaba el rostro hacia Cristo en la cruz: iba elegantemente vestida de negro, con líneas simples que ceñían su cuerpo delgado, sus bien torneadas piernas enfundadas en medias de seda negra; su rostro desaparecía tras un largo velo de viuda. Aunque la observó de reojo, el sacerdote percibió en ella cierta majestuosidad.
El órgano vibró de nuevo al tocar trinos discordantes corno preludio a la práctica formal. La mujer permanecía inmóvil. Finalmente se acercó a un reclinatorio, se arrodilló y se llevó la mano derecha a la frente para iniciar la señal de la cruz.
Las campanas anunciaron la media de las doce y su vibración repercutió en la vasta oquedad, reduciéndose hasta enmudecer justo cuando el organista dejó de practicar. La mujer seguía de rodillas, inmóvil, con la mirada fija, velada y constante, en el crucifijo. Después, con toda calma, sacó una pistola de la bolsa negra que había dejado en el banco y se la llevó al corazón.
La detonación quebrantó aquel momento hasta la eternidad; uno de los fieles se volvió y dio un grito, con la mirada fija en la mujer que se desplomaba. El grito repercutió, extendiendo la consternación bajo el techo abovedado de la catedral gótica.
Horrorizado por el suceso, el Joven sacerdote llegó corriendo desde la sacristía y empezó a impartir órdenes apremiantes:
—Cierren las puertas. No dejen entrar a nadie.
Lentamente se ajustó la sotana y se arrodilló para examinar a la víctima, levantando el velo con precaución, temeroso de lo que iba a ver. Era la joven mujer en la que se había lijado momentos antes: su rostro delicado, enmarcado por el cabello corto, y la pistola aún humeante en la mano. Se inclinó un poco más y pudo ver que aquellos labios pálidos se movían casi imperceptiblemente mientras la sangre brotaba de su pecho empapando el vestido de lana negra.
El sacerdote solicitó con urgencia los Santos Óleos para suministrarle la extremaunción. Le santificó ojos, boca y oídos, pronunciando las oraciones de los últimos ritos, y terminó el ritual de la purificación absolviendo todos sus pecados, todo lo que aquella mujer había visto, dicho y oído en su corta vida. Le colocó un crucifijo sobre los labios y oró: “Acéptala, oh Dios, en el reino cíe los cielos”.
Unas cuantas personas se habían reunido, con la curiosidad y la compasión reflejada en los rostros; alguien ofreció un abrigo, que el cura dobló para interponerlo con suavidad entre la cabeza de la mujer y las frías losas. Luego le tendieron un chal de lana para cubrir la esbelta figura.
—Debemos pedirles que se vayan —exclamó la voz autoritaria de un enérgico canónigo que se abría paso entre el pequeño círculo de curiosos—. Y por favor, no toquen nada; ya hemos llamado a la policía y pedido un médico del Hôtel Dieu —y dirigiéndose al joven sacerdote, susurró—: Debemos evitar la publicidad hasta donde sea posible, ¿entiende? El comisario viene en camino.
Sin embargo, bien sabía él que a la mañana siguiente todo París estaría enterado de que la catedral de Notre-Dame había sido profanada.
—Dirigiré el servicio de re consagración en cuanto se pueda —agregó—. Las puertas deberán permanecer cerradas al público hasta que hayamos terminado. Qué tiempos éstos, qué tiempos —el tono de su voz delataba un profundo enojo.
El grupito comenzó a dispersarse; el canónigo se disponía a alejar- se cuando se volvió para contemplar la figura tendida.
— Es joven.
— Treinta, treinta y tres a lo sumo —calculó el cura—. ¡pobre alma desesperada!
— ¿era católica?
— Creo que sí. Lleva puesta una medalla de la Virgen de Guadalupe.
El canónigo asintió con un ademán y pasó nuevamente la mirada en la figura inmóvil.
— ¿Quién será?—preguntó en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular.

Bibliografía
BLAIR, Kathryn S (2008). A la sombra del angel, Mexico; Patria

sábado, 10 de julio de 2010

PLACERES IRREFUTABLES

BRUCKNER, Pascal

¿Cómo es posible que la sociedad de Consumo haya llegado tan deprisa, desde la década de los sesenta, al triunfo del consumismo? El motivo es que los lemas de entonces, « Todo y ahora mismo», «Abajo el aburrimiento», «Vivir sin pausa y disfrutar sin estorbos», se aplicaban más al dominio de la mercancía que al del amor o al de la vida. Creíamos subvertir el orden establecido, y estábamos favoreciendo con total buena fe la propagación del mercantilismo universal. Respecto al hambre y a la sed todo debe estar al alcance de inmediato, mientras que el corazón y el deseo tienen sus propios ritmos, sus intermitencias. La intención era libertaria, pero el resultado fue publicitario: lo que liberamos no fue tanto la libido como nuestro ilimitado apetito de compra o nuestra capacidad de apoderarnos sin restricción de todos los bienes. Bonita imagen, la del revolucionario convertido en prospector habitual del capital: así han acabado el movimiento obrero, el marxismo y la izquierda radical, capaces de criticar un fallo del sistema y de permitir que éste se reforme sin demasiado esfuerzo. Un poco a la manera de esos hippies que descubrieron las escalas turísticas privilegiadas de África, Asia o el Pacífico treinta años antes que el resto del mundo, llevados por el deseo de huir y de aislarse.

Es absurdo criticar el consumo, ese lujo de niños mimados. Su gran atractivo es que ofrece un ideal sencillo, inagotable, al alcance de todos, siempre que uno sea solvente. No exige otras formalidades que las ganas y el dinero. Nos dejamos cebar y hartar como un niño alimentado con papillas. Digan lo que digan, nos divertimos mucho porque, como en la moda, adoptamos apasionadamente lo que nos proponen como si lo hubiéramos elegido nosotros mismos. Lo sabemos desde Charies Fourier: un placer no se refuta a golpe de anatema, sino absorbiéndolo, sustituyéndolo por otro mayor. ¿Les repugna tanto el consumismo como esos borregos que patean por los supermercados y los grandes almacenes? ¡Pues invéntense nuevos placeres, nuevas tentaciones! ¡Pero, por favor, dejen de quejarse!

BRUCKNER, Pascal (2008). La euforia perpetúa. 3ª edic. Trad. por Encarna Castejón. España: Tusquets

viernes, 9 de julio de 2010

LAS ADAPTACIONES CURRICULARES Y LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN LA ESCUELA

LAS ADAPTACIONES CURRICULARES Y LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN LA ESCUELA


La puesta en práctica del proceso enseñanza aprendizaje en el aula, implica del docente una habilidad compleja debido a que su papel como educador: requiere de la capacidad para tomar decisiones y poder realizar las adaptaciones curriculares adecuadas a las necesidades de los alumnos. “La selección y previsión de los procesos y experiencias que deben vivir los educandos, eso es el currículo”(PEÑALOZA Ramella, 2005;17).

Para hacer estas adaptaciones en primer lugar deberá tomar en cuenta el currículo oficial, (los objetivos y los contenidos), las características de cada uno de los educandos, (capacidades y rasgos personales, ritmo y estilo de aprendizaje, etc.) y otras características que la práctica docente se requiere como: técnicas, estrategias, métodos, etc.

Sin embargo, el mayor desafío del docente es cuando a su realidad educativa se suma un niño con Necesidades Educativas especiales (NEE), ya que esto representa dificultades mayores tanto para el docente como para el educando, es por eso que el docente tendrá que realizar adecuaciones más significativas para que este alumno con necesidades educativas especiales pueda acceder o hacer una aproximación lo mas cercana al currículo.